No sé qué hacer. No sé qué hacer con mi vida, con el presente, con el día a día. Con el paso de los minutos que me atormenta, con el paso del tiempo, con el transcurso de los años… y dime qué hago. Qué hago si no puedo sacarte de mi cabeza, qué hago si no puedo dejar de pensar en ti, qué hago si no puedo hacer como si no hubieras existido. Ahora lo pienso fríamente y solo tengo miedo, porque eso de que el tiempo lo cura todo puede que tenga excepción. Que hago si allí donde miran mis ojos solo ven tu ausencia, que hago si eres el único que permanece, pase lo que pase… que puedo hacer si cuando algo acaba tú siempre vuelves, que hago si el nada no existe para mí, porque siempre estarás tú…
¿Qué pasaría si eres el único que puede ocupar mi corazón? ¿Y qué hago si esto no acabara nunca? Si nunca pudiese olvidarte… Que puedo hacer si no me quedan fuerzas ni fe para salir de este estado transitorio que me impide ser yo misma, que no me permite ser libre… Dime qué puedo hacer para dormir este sentimiento para siempre… Dime que hago con mis dudas, con mi inseguridad, con mi desesperación, con mis cambios de parecer… Que hago si la noche no es noche para mí, si solo es una película de tus besos con sabor a caramelo, del olor de tus manos, del brillo que desprendía tu mirada, de tu sonrisa, de tu mano entrelazada con la mía, de tus brazos rodeando mi cintura, de mi respiración acompañando la tuya…
Porque eres como un verano de San Juan en mitad del invierno… El brillo de las flores en primavera.
Y me pregunto, ¿por qué no adelantamos la película? Saltándonos estos capítulos de soledad y sufrimiento. Lleguemos al final donde somos felices… juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario